Las Islas Salvajes, nuestras vecinas desconocidas
A pesar de encontrarse a tan solo 165 kilómetros al norte de la isla de Tenerife, una menor distancia que la existente por ejemplo con Lanzarote, las Islas Salvajes siguen siendo desconocidas para la mayoría. Este pequeño atlántico no tiene población permanente y lo constituyen tres islas principales (Salvaje Grande, Salvaje Pequeña y el Islote de Fora o de Salvajita) así como seis diminutos islotes. La superficie total de las islas no alcanza ni siquiera los tres kilómetros cuadrados pero encierra una naturaleza asombrosa. Administrativamente este paraiso para las aves forma parte de Madeira por lo que son dependientes de Portugal aunque España también reclama su soberanía.
Las Islas Salvajes, un laboratorio natural
A pesar de contar tan solo con aproximadamente con 270 hectáreas de superficie la flora y fauna que esconden estas islas es realmente espectacular. Más de cincuenta especies son endémicas de Las Salvajes. Destaca la flora que presenta el porcentaje más elevado de endemismos por superficie de toda la Macaronesia. Entre la fauna unas veinte especies son endémicas pero Las Salvajes también tienen especies propias de arácnidos, lagartos, etcétera. Sobrevuelan las islas del archipiélago miles de aves que encuentran en ellas un lugar inmejorable para la cría. Además sus aguas cristalinas y tranquilas hacen que estas islas esten consideradas como una de las mejores zonas del mundo para la observación de varias especies de aves marinas y cetáceos. No en vano sus espectaculares fondos marinos sorprendieron al mismísimo Jacques Cousteau, para quién las Islas Salvajes tenían «las aguas más limpias y transparentes que jamás hubiese visto».
Las Salvajes, un paraíso para las aves
Entre las especies que nidifican en Las Salvajes podemos destacar a la pardela cenicienta (Calonectris diomedea), el petrel de Bulwer (Bulweria bulwerii), el paíño de pecho blanco (Pelagodroma marina), el paíño de Madeira (Oceanodroma castro) y la pardela chica (Puffinus assimilis).
Distintas especies de charranes también son habituales en estas islas. El bisbita caminero (Anthus bertheloti) es un residente permanente. Viven también en estas islas un reducido número de parejas de cernícalo común (Falco tinnunculus canariensis). Ocasionalmente se pueden observar otras aves que por accidente o cumpliendo con sus migraciones encuentran aquí un buen lugar para descansar.
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